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Mi hijo(a) ya es sexualmente activo

Si tu hijo adolescente tiene relaciones sexuales, es más importante que nunca hablar de ello. Incluso si crees que tu hijo(a) no está preparado, debes mantener una actitud abierta y honesta al comunicarte con él/ella. Recuérdale que esperas que se tome en serio el sexo y las responsabilidades que conlleva.

Sugerencias para abordar esta situación:

¡No entrar en pánico!

Tu forma de responder con tu lenguaje corporal, tu tono y las consecuencias determinarán si la línea de comunicación se mantiene abierta o cerrada.  Elige un buen momento y lugar para tener la conversación .

Y, si tus emociones te dominan, recuerda: siempre hay otra oportunidad para volver a intentarlo.

Escuche mientras su adolescente comparte su perspectiva.

Tenga paciencia y mantenga la calma, pero sobre todo, simplemente escuche. Lo más probable es que los adolescentes tengan una opinión que justifique su elección, aunque su razonamiento puede no coincidir con el suyo. En lugar de rechazar sus opiniones, haga preguntas inquisitivas para averiguar la profundidad de su creencia y de dónde la sacaron.

 

Tenga cuidado de no hacer preguntas tendenciosas en la dirección que desea tomar, ya que esto cerrará la conversación rápidamente. Las preguntas que puede hacer incluyen las siguientes: ¿Qué tiene esta persona que lo llevó a tomar la decisión de tener relaciones sexuales con él o ella? ¿Es diferente su relación ahora? ¿Cómo está protegiendo su salud y previniendo el embarazo o las ETS? (enfermedades de transmisión sexual)

 

Evite las preguntas de “por qué”, ya que tienden a ponernos a la defensiva al responder.

Después de darles la oportunidad de explicar su razonamiento y sentimientos, dígales que, si bien es posible que ya conozcan su opinión sobre este tema, aún desea compartir las razones por las que cree que no debería  participar en la intimidad sexual.

Dejemos que la investigación hable por sí sola.

El sexo sin  compromiso distorsiona la realidad de la verdadera intimidad. La intimidad sexual, incluido el sexting, afecta nuestro cerebro, nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra salud psicológica, especialmente para quienes la experimentan por primera vez.

 

Para las personas que tienen relaciones sexuales sin compromiso, el sexo tendrá resultados destructivos. Por ejemplo:

  • La actividad sexual durante la adolescencia tiene consecuencias sociales negativas. Vivimos en un mundo de redes sociales, donde las palabras (y quizás hasta las imágenes) se transmiten rápidamente. Los rumores se propagan y las percepciones cambian la forma en que la gente piensa sobre nosotros y pueden crear una reputación negativa que perdura hasta bien entrada la edad adulta.
     

  • Estudios muestran que los adolescentes sexualmente activos y que son “amigos con derechos” tienen más probabilidades de tener un embarazo no planificado y contraer enfermedades de transmisión sexual, incluido el VPH, que puede causar cáncer. Los adolescentes también son propensos a contraer otras infecciones que, si no se tratan, pueden amenazar su salud a largo plazo, incluida la fertilidad futura.
     

  • El sexo y otras conductas físicas románticas modifican la química de nuestro cerebro. Crean una sustancia química que nos hace sentir conectados con una persona de forma duradera. Este sentimiento se hace más fuerte con más actividad sexual, lo que hace que sea más difícil terminar relaciones no saludables o poder ver una relación no saludable como perjudicial.

Tú pones los límites.

Es posible que sus hijos adolescentes no estén de acuerdo con sus razones para exigirles que se abstengan de la intimidad sexual.

 

Sin embargo, eso no significa que deba permitirles que sigan haciendo lo que quieran. Establezca límites y reglas para ayudarlos a evitar la tentación. Por ejemplo, no pueden estar solos con un miembro del sexo opuesto en sus habitaciones o en lugares que pueda ocurrir tener sexo. Permítales compartir el auto con otras personas. "Y haga de su casa el lugar donde estar para asegurarse de que se cumplan las reglas.

Recuerda que el No es un Sí en los adolescentes, tu como padre de familia sé inteligente al abordar este tema.

  • Destaca la importancia de mantener relaciones sexuales seguras.
     

  • Destaca la importancia de usar métodos anticonceptivos. Asegúrate de que tu hijo adolescente entienda cómo conseguir y usar diferentes métodos anticonceptivos, como preservativos y pastillas anticonceptivas. 
     

  • Promueve la exclusividad.  Mantener relaciones sexuales exclusivas favorece la confianza y el respeto, a la vez que disminuye el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual.
     

  • Establece límites razonables. Haz cumplir los toques de queda y las reglas sobre las visitas a amigos. Esto es especialmente importante si notas cierta atracción sexual entre tu hijo y algunos amigos.

Temas que pueden ayudarte: 

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